Al integrar todos los casos de análisis bajo los mismos principios, se podrá mejorar significativamente la eficiencia de los procesos y comunicaciones dentro del equipo de trabajo.
Mediante la gestión por potencial, todos los indicadores asociados a los factores críticos se abordan bajo la misma metodología de análisis cuantitativo, estandarizando el proceso de toma de decisiones.
Esta técnica permite a los equipos de trabajo dirigir sus esfuersos hacia opciones concretas de acción que optimicen el desempeño del factor, y promueve un lenguaje cuantitativo simple que mejora las conversaciones de negocio.
Al seleccionar el indicador que mide cada factor será posible establecer un tablero de comando integral que permita llevar un control de la estabilidad del sistema.
Ante cada desvío detectado en el nivel agregado, será posible profundizar en un siguiente nivel para aplicar el mismo procedimiento hasta un tercer nivel de desagregación.
Al mantener el registro de datos con la misma granularidad diaria será posible correlacionar las variables para determinar el impacto del desvío en otras variables del sistema, cumpliendo el principio de homogeneidad.
Mediante la implementación del modelo, los objetivos podrán desagregarse desde el nivel estratégico hasta el óptimo del mínimo elemento accionable siguiendo una lógica cuantitativa.
Con los datos estructurales podrán construirse índices a partir de los desvíos que midan los resultados por división, instancia del negocio o del sistema en su totalidad.
A la vez, la correlación de las variables permitirá considerar el efecto de unas sobre otras y contextualizar cada decisión que se tome en algún área específica del negocio.